¿Llegan los hijos y adios gimnasio?
Es una pregunta que nos hemos hecho muchas veces. La primera vez que me matriculé en un gimnasio fue a los 25 años. Cuando mi primera hija tenía 3 años. Creí que podía darme un tiempo por las noches y hacer ejercicios pues subí 15 kg post embarazo de mi esposa. Mi meta era ir al gimnasio al menos 3 veces por semana. Me dieron una oferta super atractiva de 1 año, menos de 100 soles al mes, así que decidí ir con todo. El plan fue un todo un ÉXITO. Pero duró dos semanas.
¿Por qué fui tan pocos días al gimnasio?
Me hacía esa pregunta durante los 11 meses que duraba mi membresía y apenas podía ir una o máximo tres veces al mes. Sí, AL MES. La mayoría de los gimnasios venden membresías anuales pues ofrecen un descuento considerable frente a un plan mensual. El beneficio en teoría es para ambas partes ya que el cliente pagaría menos en un plan anual que en uno mensual, y el gimnasio asegura ingresos por 12 meses. Pero ¿cuál es la realidad del asunto?. El asunto es que la membresía anual es un arma de doble filo. Es super complicado trazar un plan de trabajo para los próximos 12 meses cuando hay niños en casa o cuando tenemos estilos de vida super variables. Hace unos días leí una publicación en el diario Gestión que decía:
“La realidad de los gimnasios: “80% de peruanos abandona su membresía en los primeros 3 meses”
La conclusión del artículo se basa en dos causas principales: “tiempo” y “motivación”. El 70% de las personas que se matriculan a un gimnasio asisten de noche -entre 8pm-11pm- pero es en esos horarios donde las actividades del hogar cobran relevancia.
El tiempo de Laura
Entrevistamos a Laura, una cliente de FitnessLife y madre de familia con un hijo de 8 años. Ella sale a trabajar entre 7-8am y vuelve del trabajo entre 5-6pm. La atención al llegar la toma al 60% su hijo, con quien juega, conversa, revisa tareas y cena. Lo que le queda de tiempo lo comparte con su esposo y los otros quehaceres del hogar. ¿Le queda tiempo para hacer ejercicios? SÍ, aun dispone de un tiempo pero es escaso.
Recientemente abrieron un SmartFit cerca de su casa. Fue la novedad de la zona. Tiene precios accesibles pero entre ir a volver a Laura le tomaría 40-60 minutos. Ahora sumemos la inseguridad ciudadana de noche y por último algunos días su esposo llega tarde del trabajo o está de viaje y Laura no tiene con quién dejar a su hijo para acudir al gimnasio.
La motivación de Diego
Cuando los resultados no se dan en el corto plazo empezamos a cuestionar pese a que hayamos tenido avances poco visibles. Y lo que pasa es que la motivación puede subir a límites jamás pensados o desaparecer así de pronto. Cuando la motivación desaparece aparecen las llamadas “excusas“. Excusas como “no tengo tiempo de ir al Gym”, “me da flojera hacer ejercicios”, incluso he escuchado excusas como “hago ejercicios mientras camino y vuelvo del paradero”.
Una buena sesión de entrenamiento requiere mínimo 30 minutos. Diego se matriculó también un año. El primer y segundo mes tuvo una asistencia muy buena. Casi 4 veces por semana en promedio. ¿Qué pasó entonces? al no tener los resultados que esperaba en el peso -solo pudo bajar 1kg en dos meses- el cerebro comenzó a ir en contra de su motivación. En un próximo blog tocaremos más a fondo la relación del peso con los ejercicios, por ahora sigamos con la motivación de Diego. Agreguemos el hecho que al matricularte en un gimnasio solo pagas por el derecho de ir y hacer la clase o usar las máquinas. Si no vas, nadie pregunta por ti.
¿Qué solución tenemos?
Con total seguridad te diré que la solución es FITNESSLIFE. ¿Que ofrecen? Son clases en vivo de 30-45 minutos a la cual accedes mediante una videollamada. Atacamos el problema del tiempo y motivación. El primero debido a que Laura ya no pierde el tiempo yendo y volviendo del gimnasio. Ella llega a casa y se dedica a su familia totalmente hasta que se duerme el niño. Posteriormente desde la sala enciende la laptop y entra a su clase. Respecto a la motivación de Diego, la clase es super personalizada pues son grupos reducidos. El instructor está preparado para dar una sesión virtual y motivar a las personas a que logren terminar toda la clase que incluye el calentamiento, los ejercicios y los estiramientos finales.
Finalmente, los alumnos reciben el seguimiento constante de los anfitriones quienes cuando notan una ausencia seguida de dos días por parte del alumnos se comunican para entender la razón y poder orientarlos y motivarlos a que mantengan la frecuencia respectiva.
Entonces, ¿qué estás esperando para empezar a hacer ejercicios desde casa con FitnessLife?
Interesante post. Es muy cierto. Yo pagué 1 año en el gym del centro comercial para ir tan solo 1 mes. Además los instructores solo se dedican a sacar plan a las chicas jóvenes.
Efectivamente Juliana. Y las clases grupales son con tantas personas que los instructores solo miran a los de adelante y listo. Con FitnessLife notarás la diferencia. Al email que nos brindaste te enviaremos toda la información para que realices tu clase de prueba gratis.